jueves, diciembre 07, 2023

La Dualidad de la Envidia: Reflexiones sobre Aspiración y Resentimiento



En el vasto laberinto de las emociones humanas, la envidia se destaca como un hilo particularmente intrincado, tejiéndose a través de nuestras acciones. Me veo atraído a comprender esta emoción, no como un mero sentimiento, sino como una ventana hacia las profundidades de la naturaleza y las relaciones humanas. ¿Será fácil explorar los paisajes donde la envidia echa raíces y florece?

Imaginemos a dos colegas, Alicia y Roberto, trabajando en la misma oficina. Comparten roles similares, ambiciones e incluso, quizás, las mismas aspiraciones de reconocimiento. Cuando Roberto recibe un ascenso y Alicia no, una semilla de envidia germina en el corazón de Alicia. ¿Por qué sucede esto? La proximidad de sus vidas crea una comparación natural – un espejo en el que Alicia ve su propio estatus reflejado y encontrado en falta.

Esto nos lleva a una deducción fascinante: la envidia prospera en el suelo de la similitud y la proximidad. Es en la cercanía de nuestras relaciones – con amigos, familiares, colegas – donde la envidia encuentra su terreno más fértil. Después de todo, no solemos envidiar a una celebridad distante con una vida muy diferente, tanto como a un par cuyos logros se sienten dentro de nuestro propio ámbito de posibilidades.

Pero, ¿qué papel juega la justicia y la equidad en este drama emocional? La envidia no es simplemente una reacción a lo que otros tienen, sino también a nuestras percepciones de cómo llegaron a tenerlo. Si Alicia cree que el ascenso de Roberto fue el resultado de nepotismo en lugar de mérito, su envidia podría estar teñida con un sentido de injusticia. Aquí, descubrimos otra capa: la envidia es a menudo una respuesta a un desequilibrio percibido, una perturbación en lo que consideramos el orden natural de las cosas.

Sin embargo, hay un aspecto más introspectivo de la envidia que reclama nuestra atención. La inseguridad y la baja autoestima son como combustible para la llama de la envidia. Cuando dudamos de nuestro propio valor, los éxitos de los demás pueden sentirse como un reflector sobre nuestros fracasos percibidos. Este giro introspectivo revela una verdad profunda: la envidia, en su esencia, no es solo acerca de los demás sino acerca de nuestras propias luchas internas.

En la era moderna, donde las redes sociales reinan supremas, la envidia encuentra un vasto y fértil terreno de juego. Las vidas curadas que observamos en estas plataformas son propicias para la envidia, ya que presentan una versión idealizada de la realidad que puede hacer que nuestras propias vidas parezcan deslucidas en comparación. Aquí, la cultura y la tecnología se cruzan, amplificando los desencadenantes tradicionales de la envidia.

Sin embargo, no veamos la envidia únicamente como una fuerza negativa. En su forma constructiva, la envidia puede ser un catalizador para la auto-mejora y el crecimiento personal. Puede motivarnos a esforzarnos por mejorar, no por rencor, sino como un medio para cumplir nuestro propio potencial.

En conclusión, estos trazos aleatorios tratando de dibujar la envidia, revelan que aquella es una emoción multifacética, profundamente arraigada en nuestras relaciones, percepciones de equidad, inseguridades personales e influencias sociales. Es un reflejo de nuestra humanidad, en toda su complejidad y contradicción. Comprender la envidia no es solo entender una emoción, sino comprendernos a nosotros mismos, las motivaciones detrás de nuestras acciones y los intrincados efectos que esto podría significar para nuestras relaciones humanas. En este entendimiento, yace el potencial para el crecimiento, la empatía y una apreciación más profunda de nuestro viaje.

jueves, mayo 13, 2021

Una historia de virtudes

Siempre me ha interesado observar comportamientos individuales para aprender lecciones que pudieran ser generales. Quienes me conocen, saben que recurrentemente puedo dar ejemplos de un puñado de personas que admiro y que me parecen excepcionales. Esta es mi historia de una de ellas, quizás la más cercana a mi mismo.  

Conocí a esta persona en mis primeros años de colegio, cuando aun todos somos niños inocentes, torpes e impulsivos. Él era un niño tímido e inseguro, pero misteriosamente amigable y resistente. Vivía cerca del colegio, y su casa fue la nuestra cuando quisimos. Muchas veces no merecimos ser invitados, pero la gentileza y los brazos abiertos de él y su madre son algo que no puedo olvidar. Sin duda, yo no hubiera tolerado el mal comportamiento y la falta de respeto que mostramos en más de una ocasión, pero ellos eran diferentes. Esa familia se sostenía siempre unida y calurosamente amable...envidiable. 

Pasaron los años y esa amistad de niñez se fue convirtiendo en complicidad de juventud. Mientras yo diría que los demás ibamos creciendo y madurando a un paso normal, él iba ganando en confianza e influencia a pasos agigantados. Sólo en base a la misma receta, respeto, amabilidad y sinceridad. Pasó de ser tímido a ser extremadamente extrovertido, y de ser inseguro a proteger a los que estábamos junto a él. Creció también intelectualmente, tal como sus padres, y sus ganas de superación fueron difíciles de comparar. Cocinamos tacos, bebimos vodka, y no recuerdo jamás haber tenido una discusión...con él no habían motivos. Pudieron haber momentos en que nos separamos físicamente, pero nunca dejé ser sentir su amistad sin condiciones. 

Años después, él encontró una pareja que lo complementaba completamente y formó una hermosa familia, a la vez que triunfaba laboralmente, mientras yo seguí otros caminos. Vivíamos en distintas ciudades, pero fue él quien siempre trató de preguntar como estaba, y nunca descuidó nuestra amistad. Podrían pensar que yo fui su mejor amigo, yo se que no. Hubieron personas mucho más cercanas a él, pero él se escargaba de hacernos sentir especiales a todos. Cada vez que yo volvía a la ciudad, así como lo hizo su madre años atrás, él nos abría las puertas de su casa, a mi, a mi esposa y a mis hijos. Con él, la generosidad siempre fue completa. Te recibía con los brazos abiertos, y se encargaba de que regreses a tu hogar con todos los cuidados. Era una mística combinación de hermano, padre y amigo.

Ví a su hijo pocas veces, pero reconocí la misma chispa que hizo que él deje huellas. La misma chispa que tenía su madre, que tuvo él y que se transmite en el tiempo. Porque además sus virtudes fueron reforzadas con las de su esposa, quien se convirtió en una hermana más para todos los que lo conocimos. 

El amor y la educación, o la falta de ellos, se transmiten y atraen de forma tan vívida! Cuando esas virtudes son  tan evidentes, como en este caso, nos dejan lecciones de vida. Había dicho que siempre me sentí especial y bienvenido con él, pero queda claro que el especial no era yo, sino él. Lo único que siento es no haberle podido decir que lo admiraba como a pocos. Descanse en paz. 


miércoles, diciembre 12, 2018

Ya estamos fritos! La historia de pequeño gigante.

...la primera vez que me engañes, será culpa tuya. La segunda será culpa mía

Ya en 2013 el Tribunal Constitucional de la extinta "República de Bolivia", había interpretado que la disposición de la misma Constitución que decía que el periodo de 2005 a 2009 sí contaba como el primer periodo de Gobierno de Morales (lo cual significaba que Morales no podía ser candidato en 2014), no impedía su re-reelección porque el primer periodo de Morales en realidad no era su primer periodo. Según ellos, entre 2005 y 2009 había sido presidente de la "República de Bolivia", y no fue sino hasta enero de 2010 en que Evo Morales comenzó su mandato como presidente del "Estado Plurinacional de Bolivia", por lo que sus primeros cinco años no estaban contemplados en la prohibición de reelección. Primer error.

El 21 de Febrero de 2016 (21F) Bolivia eligió en las urnas el limitar el mandato del Presidente y Vice-Presidente de acuerdo a lo planteado en la Constitución vigente, de tal forma que una nueva re-elección no fuera posible. Sin embargo, el pueblo no se adueñó de la mayoría expresada con el voto y dejo la iniciativa al oponente. Sin embargo, los resultados del 21F fueron borrados con el codo el 28 de Noviembre de 2017, cuando el Tribunal Constitucional del país, bajo un tendencioso y grosero fallo, declaró que la reelección continua del Presidente de la República es un derecho humano. El Referendum del 21F fue como ganar la lotería y no presentarse a cobrar el billete, nadie se apropió de la victoria. Gran y segundo error.

Imagen de Abecor. https://www.facebook.com/abecor.amoarte/

El 04 de Diciembre de 2018, en una sombría noche para la institucionalidad de Bolivia, el Tribunal Electoral habilitó a Evo Morales y su Vice-Presidente para formar parte de las elecciones de finales de 2019. Pero quien puede culpar a un monstruo de querer destruir a su paso, acaso no esta en su naturaleza? El poder incontrolable del partido de gobierno paso por encima de todas las normas y el sentido común. Salvo demostraciones aisladas de repudio, el pueblo no dijo nada. Tercer error.

Hoy gran parte de la población quiere pensar que se podrán ganar las elecciones, y así deshacernos del pequeño gigante que hemos creado. Inocencia? Ingenuidad? Exceso de Optimismo? Lo cierto es que, poco a poco, nos han venido cocinando a fuego lento. Podríamos extendernos en los pros y los contras de la gestión de gobierno, si la economía creció o no, si la gente adora a Morales o no, o si el cambio de una burguesía más educada y blanca a una más informal y morena son buenas para la sociedad, pero todos esos elementos son distractivos. El orden legal, y el respeto a la Constitución son elementales para vivir civilizadamente y en sociedad. Luego de tremendas afrentas al orden institucional y constitucional, el cierre del congreso, la represión violenta y masiva, o la declaración de un gobierno dictatorial, están a la vuelta de la esquina. Sobran ingredientes y aceite para terminar de hacernos una gran cena... y nosotros somos el plato principal, no los invitados. La apatía, como todas las cosas en la vida, tiene un precio, esperemos que nosotros o nuestros hijos podamos pagarlo.

lunes, junio 30, 2014

Sobre la educación escolar: Evo Morales no quiso (o ¿no pudo?) estudiar con James Heckman


El carácter (problema o bendición) de la educación, es seguramente mucho más importante y menos coyuntural que la mayoría de los problemas económicos de una sociedad, sin olvidar el fuerte componente social que conlleva. Aceptando que mis habilidades como sociólogo deben ser prácticamente nulas, prefiero concentrarme en el aspecto económico de la educación. Mi preocupación surge a raíz de la aprobación de una Ley que permitiría que los niños puedan trabajar legalmente en Bolivia desde los 10 años (BBC Mundo, Junio 2014).
Por un lado, el Presidente de Bolivia, Evo Morales, parece apoyar la idea del trabajo infantil. En sus propias palabras (ver más abajo), él encuentra los elementos positivos del trabajo desde temprana edad.
"Mi experiencia, mi posición: no debería eliminarse el trabajo de niñas, niños y adolescentes, pero tampoco deberían explotar o incitarlos a trabajar. Algunos trabajan por necesidad, pero además eliminar el trabajo de niños es como eliminar que tengan conciencia social…En las áreas rurales, desde el momento en que se aprende a caminar uno ya presta un servicio a la familia. No es explotación, es sacrificado pero eso es vivencia misma" Evo Morales (extracto de BBC Mundo, Enero de 2014)

Por otro, los propios niños exigen que no se les quite el derecho a trabajar.
“Un grupo de niños se ha reunido con el presidente de su país, Evo Morales, para pedirle que les deje trabajar. Tienen menos de 14 años y si se aprueba la nueva ley contra el trabajo infantil no podrán hacerlo.”Antena 3,2013.

Personalmente me espanta el razonamiento anterior, pero debo admitir que el apoyo a tal solución no es para nada aislado. De hecho, creo que una buena proporción de la población boliviana comparte el sentimiento del Sr. Presidente: los niños pueden y deben trabajar, y de hecho lo están haciendo! Según datos del Banco Mundial, cerca del 20% de niños bolivianos entre 7 y 14 años trabajan, lo cual representaría el ya aterrador número de 200 mil niños, que es aun más crítico si consideramos las estimaciones del Ministerio de Trabajo: 550 mil niños por debajo de los 14 años!

Fuente: Banco Mundial. Los porcentajes reflejan el último dato disponible para cada país (entre 2003 y 2013).

Antes de pasar a justificar el porqué de mi espanto, déjenme compartir una anécdota que ilustra la ambigüedad y complejidad del problema del trabajo infantil. Hace alrededor de 4 años, mientras vivía en La Paz, mi esposa y yo usualmente comprábamos en un conocido supermercado de la ciudad. Después de elegir las compras, toca el momento más doloroso de la jornada, pagar por ellas! Claro, en Bolivia esto se hace menos agobiante porque al menos hay un ejército de fieles trabajadores (sí, estoy exagerando, deben ser de 10 a 20 niños, entre 10 y 14 años) dispuestos a embolsar las compras y después – realizando un esfuerzo físico bastante razonable - empujar el carrito hasta el vehículo del comprador. Todo esto por el reducido precio de medio dólar, centavos más, centavos menos.
Bien, esta dinámica, habitual y cotidiana, me parecía bastante incómoda. Incluso antes de analizar el problema, tenía la concepción - a priori-  de que un niño tan pequeño no debería estar trabajando, sino estudiando. Por tanto, como voz de protesta, me negaba a utilizar los servicios del niño, e incluso llegue a mandar una nota al supermercado quejándome por contratar menores de edad para labores físicas que en algunos casos parecían asegurar futuros problemas de salud y - aparentemente - no brindaban ningún derecho laboral a los jóvenes empleados.

Si bien aun defiendo la percepción de que la educación debe ser la prioridad en un niño, me di cuenta que por lo menos la mitad de mi entorno no compartía mi posición. Los argumentos más recurrentes fueron: “si no dejas que el niño haga su trabajo, él no podrá llevar pan a su casa”; “si no trabaja en este supermercado entonces trabajará en otro lado, al menos acá está más seguro”; “el niño aprenderá el valor de las cosas mediante el trabajo”; o “es preferible que el niño trabaje a que se dedique a otros vicios”.

Los justificativos parecieran ser un equilibrio donde todos ganamos. El niño del supermercado puede ayudar a sus padres económicamente, mientras yo me siento más cómodo, incluso siento que le hago un favor! Entonces ¿deberíamos todos apoyar a esos niños trabajadores?

En este punto dejaré las anécdotas para buscar ordenar ideas sobre las causas y consecuencias del trabajo infantil. Un buen punto inicial del problema debe considerar que, en edad escolar, el trabajo y el estudio no son complementarios sino sustitutos, al menos cuando se realizan como actividades de tiempo completo. No me referiré al trabajo eventual, ni a la calidad de la educación, para no dispersar más el análisis.

De las causas
 
Bajo la lógica económica, si un niño trabaja, es porque es lo mejor que puede hacer. Entonces, un niño trabajador (asumiendo que trabaja y no estudia, como planteamos antes) implica que la educación es: 1) inalcanzable y/o 2) inservible. Si la educación estuviera al alcance de todos Y tuviera buenos retornos futuros (en términos coloquiales, fuera un buen negocio), entonces todos los niños (salvo contadas excepciones) estudiarían. Entonces, la educación escolar en Bolivia no es asequible para todos y/o no genera ganancias futuras. Esto podría darse por distintos elementos, algunos de ellos limitarán el acceso a la educación, haciéndola inalcanzable: bajo ingreso de los padres, largas distancias geográficas a los centros educativos, cupos escolares limitados. Por otra parte, otros determinantes afectarían la rentabilidad de educarse, la ganancia: por el lado de la demanda, un mercado de trabajo que no premia la productividad, mientras que por el lado de la oferta, un contenido educativo que no genera productividad. Un elemento transversal a estos determinantes podría ser la valoración intrínseca del niño por la educación, la cual seguramente vendrá determinada por la valoración que la familia y su entorno tienen de la educación.

Por el momento no es necesario dar un peso específico a los elementos anteriores. Si seguimos el razonamiento, podemos concluir que un niño deja de estudiar porque no quiere o porque no puede.


Retornos Futuros\ Acceso
Factible
(puede)
Inalcanzable
(no puede)
Positivos (quiere)
Estudiar (1)
No Estudiar (2)
Negativos (no quiere)
No estudiar (3)
No estudiar (4)

De la tabla anterior, vemos que tenemos 4 posibles eventos, que consideraremos cada uno como un equilibrio. Deberíamos coincidir que (2) es la peor situación que podríamos enfrentar. La educación genera ganancia, pero el niño no puede estudiar. Los equilibrios (3) y (4) serían racionalmente aceptables. En caso de que estudiar no brinde beneficios, sino perjuicios (costos), los niños estarían mejor trabajando que estudiando. Finalmente, existe un equilibrio superior – que justificaré porque es superior más adelante- en el cual los niños pueden y quieren estudiar (1).

De nuestro simple esquema anterior, es directo ver que existen más posibles eventos de No Estudiar que de Estudiar, 3 a 1. Lo que no debe tomarse como cierto, es que existan mayores probabilidades de estudiar, que de no estudiar. Aquello dependerá de las probabilidades asociadas a cada uno de los eventos. En una sociedad en que hayan mayores probabilidades de acceder al sistema educativo, y hayan más trabajos que requieren más educación (mayor especialización), el equilibrio (1) sería el más probable. Por otra parte, una sociedad con muchas restricciones para acceder al sistema educativo, y más sectores económicos con retornos a la educación negativos, seguramente tendrá la mayor proporción de niños trabajando  (4). Sin embargo, la evidencia empírica señala que:
·         Los retornos de la educación, en promedio, son positivos. Es decir, que en promedio, un año más de escolaridad, implica cierto porcentaje positivo de ganancia adicional a lo largo del resto de nuestra vida. Esto es cierto a nivel de varios niveles de escolaridad (incluida la educación universitaria). (Heckman, 2010; Psacharopoulos 2002).

De hecho, en un emblemático y reciente estudio para niños en edad pre-escolar, James Heckman  (Premio Nobel de Economía, 2000) y sus co-autores concluyen que 1 dólar invertido en un niño de 4 años, rendirá entre 60 y 300 dólares a la edad de 65 años.  Entonces, dado que los retornos promedio de la educación son positivos, los equilibrios (3) y (4) serán menos probables, y por tanto los niños estarían trabajando, no porque tienen mejores opciones, sino porque se encuentran con menores oportunidades.

De las consecuencias
Entonces ¿cuáles son las consecuencias del trabajo infantil?, ¿en qué afectaría a largo plazo tener mayores proporciones de niños trabajando que estudiando? Pues bien, debemos mencionar cierta evidencia empírica central que podrá ayudarnos a responder:
·         El nivel de educación es uno de los determinantes positivos menos controversial del crecimiento económico (Barro, 2002).
·         Los trabajadores con más educación, en promedio, generan mayor producto a nivel individual, ya que son más eficientes. Esto va de la mano con el hecho de que la mayoría de las industrias que generan mayor valor agregado, son aquellas que utilizan trabajadores más especializados (con mayor educación).
·         Los sectores con retornos negativos o nulos a la educación, generalmente deberían ser aquellos de mayor riesgo para el trabajador, por ejemplo sectores de agricultura precaria); o incluso sectores ilegales (contrabando, narcotráfico, robo, informalidad).   

No es necesario mencionar acá que la educación, a cualquier nivel, impulsa elementos como la cultura o el respeto a las leyes, que a mi juicio son indudablemente positivos para cualquier sociedad. Pero basándonos solo en los elementos económicos, está claro que la educación está asociada con mayores niveles de ingreso, y que si bien el trabajo infantil puede generar un incremento de corto plazo en el nivel del producto, éste incremento es inferior comparado con el que pudiera obtenerse con un trabajador mejor educado.

Dado que se reconoce que mayores niveles de educación están fuerte y positivamente asociados con mayores niveles de producto y por tanto de ingreso, cualquier política de lucha contra la pobreza, promoción de la igualdad, y generación de empleo, debería apuntar a evitar el trabajo infantil, aun más cuando éste conlleve una disminución en los niveles de educación. Esto quiere decir que, adicionalmente, se debería restringir (fomentar) el crecimiento de sectores de trabajo poco calificado (más calificado) con retornos a la educación negativos (positivos). Es decir, el mejor equilibrio debería ser el número (1) donde los niños tengan acceso a la educación, y existan empleos que valoren a los mejor educados.

Si Evo Morales hubiera disfrutado de un sistema educativo más accesible, y mayores oportunidades de empleo donde se valore y recompense al empleado más educado, posiblemente pensaría igual que James Heckman o escribiría con él, y también podría ser cierto que si James Heckman hubiera enfrentado condiciones más adversas en su niñez, podría estar apoyando el trabajo infantil.

Gracias a la educación, hoy sabemos más de la educación. Aunque Evo y James no estudiaron juntos, aun queda la esperanza de que puedan encontrarse.

Algunas referencias:
·                     Barro R. Education as a Determinant of Economic Growth. In: Lazear EP Education in the Twenty-First Century. Hoover Institution Press; 2002.
·                     BBC Mundo, Enero 2014, ¿Ilegal o parte de la cultura? El trabajo infantil divide a Bolivia. http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2014/01/140110_bolivia_trabajo_infantil_vs.shtml
·                     BBC Mundo, Junio 2014, Senado de Bolivia aprueba reforma que contempla trabajo infantil desde 10 años http://www.bbc.co.uk/mundo/ultimas_noticias/2014/06/140626_ultnot_trabajo_infantil_bolivia_lav.shtml
·                     El Pais, Junio 2014,  “Aquí los niños quieren trabajar”. http://elpais.com/elpais/2014/06/10/planeta_futuro/1402416908_859766.html
·                     Antena 3, 2013, Los niños de Bolivia piden a su presidente que les deje trabajar para subsistir, http://www.antena3.com/noticias/mundo/ninos-bolivia-piden-presidente-que-les-deje-trabajar-subsistir_2013122700031.html
·                     Heckman, James J. & Moon, Seong Hyeok & Pinto, Rodrigo & Savelyev, Peter A. & Yavitz, Adam, 2010. "The rate of return to the HighScope Perry Preschool Program," Journal of Public Economics, Elsevier, vol. 94(1-2), pages 114-128, February.
·                     Andrés Felipe García-Suaza & Juan Carlos Guataquí & José Alberto Guerra & Darío Maldonado, 2014. "Beyond the Mincer equation: the internal rate of return to higher education in Colombia," Education Economics, Taylor & Francis Journals, vol. 22(3), pages 328-344, June.
·                     Pedro Carneiro & James J. Heckman & Edward J. Vytlacil, 2011. "Estimating Marginal Returns to Education," American Economic Review, American Economic Association, vol. 101(6), pages 2754-81, October.
·                     Psacharopoulos, George & Patrinos, Harry Anthony, 2002. "Returns to investment in education : a further update," Policy Research Working Paper Series 2881, The World Bank.
·                     Ministerio de Trabajo, Empleo y Previsión Social, Junio 2014, Trabajo: en Bolivia existen al menos 850 mil niños trabajadores, 550 mil están por debajo de los 14 años. http://www.mintrabajo.gob.bo/PublicacionDetalle.asp?target=672
·                     The Economist, April 2014, “Is college worth it?” http://www.economist.com/news/united-states/21600131-too-many-degrees-are-waste-money-return-higher-education-would-be-much-better

viernes, mayo 18, 2012

Después de 60 años sin crecimiento económico: a ponerle el cascabel, pero ¿a qué gato?

Acá la copia de un artículo que publiqué en otro foro: Nueva Economia.
Espero poder ahondar en detalles luego.
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Bolivia mostró y demostró, en los últimos 60 años, que el manejo de su economía no es algo que le pertenezca, ni que le llene de orgullo a nadie (bueno casi a nadie): 17% de crecimiento acumulado o 0.27% de crecimiento anual promedio entre 1950-2009 (PIB per cápita PPP). No existe una política económica nacional eficaz, por más que cada nuevo gobierno quiera hacer creer lo contrario. En este sentido, es el momento de cuestionarnos cual es el freno que no nos deja transitar los caminos hacia el desarrollo, claro, en caso de que sea el desarrollo lo que realmente buscamos.

La historia económica de Bolivia nos ha enseñado que nuestro país es sólo un grado de libertad más del resto de las economías, una simple variable de ajuste en la maraña de intereses mundiales. Algunos dirán que somos muchos los países que cumplimos ese papel dentro de los complejos flujos de capitales y mercancías que hoy se llevan en el mundo. En términos de libro de texto somos: una economía pequeña y abierta. Pequeña por el peso relativo de nuestro Producto Interno Bruto (PIB), que en términos simples es el valor de lo que producimos; y abierta por el grado de comercio e intercambio de bienes, servicios y capitales con el resto del mundo. Mi intención no es cuestionar aquello; claramente somos una más de las economías pequeñas y abiertas del mundo. Mi verdadero objetivo es comenzar a repensar el problema de nuestro estancamiento como economía altamente improductiva.
Por tanto, creo que es momento de trascender y buscar un origen común a nuestro estancamiento. Creo que el problema no es que Dios nos dotó con minerales, hidrocarburos, y al parecer nuevamente minerales, empujándonos a una supuesta maldición de los recursos naturales (que parece que es cierto!)[1]; el detalle no es que no tenemos poder de decisión sobre los precios ni cantidades demandadas de aquellos recursos, empujándonos a una alta vulnerabilidad externa (que también parece ser cierto!)[2]; el problema no es que nuestro sistema financiero es pequeño, poco desarrollado, y que funciona como un aparente oligopolio (donde la mayoría de economistas coincidirá que es verdad)[3] ; el problema no es que perdimos la guerra del pacífico y eso implicó costos de transporte y comercio excesivamente altos (a lo cual Sachs puede apoyar) o que nuestras otras idiosincrasias geográficas no nos brindan ventajas (ni siquiera en el fútbol![4]); el problema no es que la proporción de inversión en el país es baja, argumento altamente apoyado hasta el cansancio en foros económicos por organismos multilaterales; el problema tampoco parece ser (por lo menos en lo inmediato) el nivel de educación con que contamos[5], ni el paupérrimo stock de capital físico privado y público con que cuenta el país, léase carreteras, viviendas, servicios básicos, electricidad, internet; incluso el problema no es que nuestro avance tecnológico, creación de patentes, inventos, aporte a la ciencia, sea tan escaso que parece que damos dos pasos atrás por cada paso adelante. Finalmente, el problema aparentemente no depende del modelo político: hemos sido capaces de permanecer igual de pobres con gobiernos militares, democráticos, de ultra derecha y de ultra izquierda.

Entonces ¿dónde radica el problema? Bueno el problema es que no hicimos nada por cambiar la dinámica económica actual, pero ¿a que me refiero con dinámica económica? Estoy convencido que la economía funciona o deja de funcionar dentro de contextos y condiciones. Claro, algún lector acucioso dirá, pero ¿acaso baja inversión, cero km. de costa marítima, población con niveles de calidad de educación entre los más bajos del continente, sistema bancario ineficiente, selección que no clasifica al mundial, etc., etc. no son el contexto? Y bueno, sí y no. Sí en el sentido de que reflejan nuestras condiciones actuales, reflejan nuestros resultados; y no en el sentido de que muestran justamente resultados, y no una causa superior del problema. En este punto no seré ambicioso en buscar la última causa, pues entraríamos a un debate que bordearía lo teológico. Pero vamos al punto. Una causa potencialmente superior a aquellas que describimos antes se refiere a la carencia de instituciones. Un concepto algo ambiguo de inicio, pero, como hace mi querida madre con sus crucigramas u Homero Simpson al aprender mercadotecnia, quizá sea útil acudir al diccionario: “Cada una de las organizaciones fundamentales de un Estado, nación o sociedad.”

La hipótesis entonces es: las inversiones son bajas; nuestros mecanismos de defensa ante cambios de precios externos son nulos; la carencia de carreteras, viviendas de calidad, telecomunicaciones, son precarios; los bancos no asignan los recursos de la manera en que esperamos y a quien quisiéramos; no existen incentivos para generar conocimiento, estudiar, ni inventar siquiera el hilo negro; no clasificamos al mundial; cada modelo político ha sido un fracaso en lo económico; todos los anteriores a causa de la falta de instituciones o estado rudimentario de éstas.

Y claro, es duro aceptarlo, pero más allá de nuestro civismo debemos reconocer que somos un país donde Pedro puede ser Juan debido a que no existe un sistema de identificación confiable (600 mil carnets duplicados, con hasta 27 personas con el mismo número ÚNICO de identificación?); donde realizar un trámite de registro de un vehículo o casa toma meses o incluso años; donde es económicamente más eficiente ser contrabandista que aportar con el pago de impuestos; donde los recursos del gobierno se destinan a proyectos sin siquiera ser contrastados por una evaluación técnica. Claro todas estas ausencias “institucionales” conllevan a que los agentes económicos prefieran el consumo a la inversión, la informalidad a la formalidad, y por último, aunque parezca una referencia circular al concepto, donde elegimos no pertenecer a ningún estado, nación o sociedad, y por ende donde rige el caos.

Creo que es momento de analizar con la rigurosidad debida el porqué no pudimos (intentamos) cambiar o crear instituciones en Bolivia. A quién debemos atribuir la responsabilidad de la creación y mantenimiento de las instituciones, ¿individuos?, ¿gobierno? ¿Estamos en una trampa de pobreza? Bolivia es uno de los países más pobres y con menor crecimiento del continente y habrá que poner los esfuerzos necesarios en revertir aquello. Es claro que este reto conllevará volver a analizar lo que mencionamos como “resultados” o causas intermedias ¿Acaso las instituciones no son endógenas a (dependen de) los bajos niveles de salud, educación, inversión, política, infraestructura? Sí y no. Pero eso dejémoslo para otra oportunidad, por lo menos creo que hemos identificado al gato más gordo.
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Referencias 
[1] Sachs, J.D., A.M. Warner (1997). Natural Resource Abundance and Economic Growth. Harvard Institute for International Development, Development Discussion Paper No. 517a.
[2] Machicado, C. G., Estrada, P., and Flores, X. (2010) Public expenditure policy in Bolivia: Growth and welfare. Development Research Working Paper Series 04/2010, Institute for Advanced Development Studies.
Loayza, N., Fajnzylber, P., and Calderon, C. Economic growth in Latin America and the Caribbean: Stylized facts, explanations, and forecasts. Working Papers Central Bank of Chile 265, Central Bank of Chile, June 2004.
Jemio, L. C. La inversión y el crecimiento en la economía Boliviana. Instituto de Investigaciones Socio-Económicas (2008).
[3] Morales, J. A. Profundización Financiera y crecimiento económico en Bolivia. Instituto de Investigaciones Socio-Económicas (2007).
Humérez Quiroz, Julio y Yañez Aguilar, E. (2010) Desarrollo del sistema financiero y crecimiento económico. Banco Central de Bolivia.
[4] Chumacero, R. (2009). “Altitude or Hot Air?”  Journal of Sports Economics 10(6), 619-638.
[5] Calvo, S. (2006) Applying the growth diagnostics approach: the case of Bolivia. The World Bank.

jueves, octubre 27, 2011

El Cuento del TIPNIS

Por fin se van los señores indígenas del TIPNIS de la ciudad de La Paz. Dejan la ciudad bajo un ambiente de victoria, sin embargo quedan infinidad de detalles sueltos en esta escaramuza Gobierno Vs. Indígenas. A mi juicio los más importantes son:

  • ¿Quién financió la marcha? Hasta donde conozco, los señores marchistas difícilmente tienen para comer. Caminar (sin trabajar) no debe ser un milagro de Dios. Hubo solidaridad, pero ¿será que eso bastó?
  • ¿Por qué el gobierno no dió el brazo a torcer sino hasta recibir una pateadura (política) de proporciones?
  • ¿Será que de la noche a la mañana las clases medias y altas de la ciudad de La Paz se convirtieron a Greenpeace? De lo poco que conozco del ser humano, me es imposible apoyar la hipótesis de una alineación de estrellas que haya logrado esto. ¿Será que la era de acuario, niños índigos, y calendario maya por fin convergen a algo?
  • ¿Realmente existirá un conjunto de actores subyacentes, cuyo hermético silencio los delata? Cocaleros, Gobierno Brasilero, Madereros, Narcos, OAS, Goni, Policías, Neoliberales, Asesores Diabólicos de Evo, etc. ¿? , ¿? 
  • ¿Realmente ganaron algo los marchistas? y ¿realmente perdió algo el gobierno? ¿qué?
  • Y finalmente, ¿no será toda esta patraña un cuento del TÍO? o en este caso ¿El Cuento del TIPNIS?
El día que llegaron los marchistas a La Paz fueron recibidos como héroes.A su paso, mucha gente lloraba. La escena me parecía análoga a aquella del paso del Papa movil hace varias décadas. [Nota aparte el paso de Juan Pablo II fue un fiasco, recuerdo haber esperado horas para que pase el bendito Papa Mobil, el momento de la verdad sólo vi una especie de domo de vidrio (aprox. a 30 km por hora) y no más de 2 segundos de poder contemplar al Papa que me dejó un sabor a engaño.] Pero volviendo, los paceños, con el pecho inflado, salieron a recibir a los marchistas como si fueran personajes de la luna.

No voy a cuestionar la solidaridad momentánea de alguna gente, e imaginemos que realmente los indígenas marcharon sólo a cambio de unos sandwiches y refrescos. En ese caso eso revela un costo de oportunidad bajísimo de estos señores, pero punto y aparte, cada quien sabe cuanto vale y que hace con su tiempo. 

Lo que realmente me preocupa del apoyo a los marchistas es la fuerte evidencia entre lo que se dijo que es la marcha y lo que en la realidad parece que es: i) CLARAMENTE, existieron intereses oscuros y desconocidos detrás de esta marcha, hasta donde se Bolivia no está llena de Ghandis. El empecinamiento de ambos bandos fue tal que revelaron estar escondiendo un botín bastante atractivo. Tanto que aguantaron muertos por un lado, y desacreditación política por el otro; ii) el apoyo de los ahora paceños que se visten de lechugas y no quieren pisar a las hormigas, me parece una hipocresía, como en todo deben haber excepciones, pero a mi parecer la regla fue la de ver jovenzuelos y ancianos que pensaban que aplaudiendo a los marchistas estaban lavando su conciencia, o peor aún, haciendo política disfrazada, otra acción que apoya esta hipótesis es el actuar de la alcaldía, que se sigue adelantando un poco a las elecciones.

Si el gobierno no buscaba progreso y desarrollo con la carretera, y si los marchistas, los paceños y su solidaridad, y todos los lechuguines no buscaban realmente luchar por el medio ambiente, ¿de qué se trataba el conflicto? Parece que en este cuento el diablo no sabe para quien trabaja, ¿qué haria yo aplaudiendo causas e intereses que desconozco? Sinceramente NO quiero ser un tonto útil en esta historia, que al final, para los ciudadanos comunes y corrientes como yo, no es más que un cuento del tío... un engaño en el que no deberíamos caer. No apoyo al gobierno, ni apoyo a los marchistas, y EXIJO que los ciudadanos nos comportemos responsablemente antes de prestarnos a movimientos/pedidos/intereses que no conocemos.

Lastimosamente es el país en el que vivimos. Sin marchar no hay forma de solucionar los problemas. Los marchistas volverán recurrentemente cada 5 o 10 años, y los recibirán (no me incluyo) como héroes. ¿No estaremos incentivando una conducta inapropiada? ¿No estaremos fomentando que la única manera de hacer las cosas es bloqueando y peleando? Claro que si. Un día son los indígenas del TIPNIS, otro son los mineros (que por cierto en estos días lograron "negociar" una exención impositiva), otros son los maestros, y al día siguiente los gremiales. Simplemente Bolivia es el país del caos, ¿y las autoridades de gobierno? Bien gracias, ¿y los dirigentes sociales/sindicales? Provecho!



lunes, septiembre 05, 2011

Día del Peatón y Prioridades del Gobierno Nacional (y de la maldición de un alcalde que no asistió al kinder)

Seguramente con esta nota provocaré que la mitad, sino todos los ambientalistas, caigan sobre mis espaldas persiguiéndome con palos con clavos doblados y oxidados.

Y bueno, no es que no me gusten los arbolitos, pero siento que en nuestro país las pioridades de política pública están cabeza abajo. ¿Será tan difícil aceptar que requerimos trabajo en vez de un día para caminar por calles que ni siquiera están asfaltadas? o ¿soy el único que está preocupado porque nuestros hijos tengan mejor educación y salud? ¿Seré anormal por pensar que me preocupa más la humanidad que las relaciones maritales o extra maritales entre las piedras?

La población estará conforme con que le den un día de pseudo ambientalismo y nos hagan creer que gracias a eso nos desarrollamos? A que estamos a un paso de Suiza? Sinceramente estoy cansado de elecciones arregladas (Elección del Poder Judicial, ¿qué modernos no?), marchas politizadas (TIPNIS, y los politizados están en ambos lados!!!), encarcelados sin juicio (por Dios, si él es culpable diganle la sentencia de una vez!), etc. y un más largo etc.

Por un lado concuerdo con la nota publicada acá: Hipocresía verde*, pero a la vez mis quejas son, creo, mucho más terrenales. Entremos en cuestión:

Si a nuestros INTELIGENTES gobernantes (nótese el sarcasmo) les da la regalada gana de impedir que dejemos de transitar en un día domingo al año, inventando y acatando un día del peatón (como si nos faltaran, prestes y borracheras a nombre de cultura y demás excusas para detener actividades no?) que no debería tener razón de ser en nuestro país, por lo menos organícenlo bien no?


Ayer, 04 de septiembre, gracias a Don Caudillo, quien es lo más cercano a dios (NO presidente sino Monarca y Papa a la vez!!) del país de los Cocos, y gracias al Alcalde de una de sus haciendas, tuve que dejar de hacer las actividades que más me complacen, por que SÍ, sépanlo ustedes lectores, el único que sabe qué cosas me gustan SOY YO!!! No me disgusta regar árboles y alimentar hormigas, pero me gusta MÁS pasear con mi familia en la comodidad de un vehículo. Sí voy a culpar de nuevo al alcalde!!!, ya que el magnánimo jamás se preocupó de asfaltar mi calle, y caminar por ella con mi pequeña hija es casi una odisea.

Pero bueno, como soy un simple ciudadano tuve que acatar el San Peatón e intentar, a muy pesar mio, de disfrutar este día recreacional, pero grande fue mi sorpresa al llegar al parque público de mi zona:


Señor Alcalde de La Paz, usted no fue al kinder? cuando iba a una excursión a campo abierto, ¿se encontraba con que el parque estaba cerrado? 

No querían incentivar a que compartamos con la naturaleza abrazando a un árbol? haciendo pasear al perro? y pintando arco iris con unas brochas de chocolate? Bueno, entonces DEJEN ABIERTO EL PARQUE PÚBLICO!!! Parece un mal cuento o una pesadilla para un niño verdad? Pero es lo que pasó el bendito día del peatón.

Al inteligente Alcalde de una de las haciendas del país de los cocos se le olvido que tenía que ordenar la logística para que TODOS los barrios seamos beneficiados en este día. NO basta salir en las noticias bailando en Plaza Murillo don Alcalde. La ciudad es mucho más grande que el reducido espacio donde usted y sus amigos caminan.

Espero que la siguiente vez que organicen actividades tan fútiles, se pregunten, no será mejor preocuparnos acerca del porqué nuestros niños se duermen en clases (será que están desnutridos?), el porqué al terminar el colegio no pueden comprender ni una lectura como Pinocho? , o el porqué tenemos los niveles más bajos de acceso a la salud del continente? Queremos gobernantes con VISIÓN, no con Misión de perpetuarse en el poder en base a circo para el pueblo.

Y finalmente, no es que no me interese el medio ambiente, o salvar al planeta, pero desde mi humilde asiento en un país tercermundista, me pregunto: ¿es nuestra prioridad?

 "Nuestros productos contribuyen al calentamiento global", "Un mundo más caliente necesita más refrigeradores!"